Resumen de la sexta parte
EL MONSTRUO DE TRES CABEZAS
Cuando Alex y Nadia llegaron a la aldea, contaron a los demás el plan que
tenían trazado. Pensaban sublevar a la población contra Kosongo haciéndoles
saber que Nana-Asante estaba viva Por la mañana Kate informó a Mbembele que los
jóvenes habían regresado vivos y que pronto se marcharían todos de allí menos Angina que cumpliría su palabra de ser esposa del rey. Angie había ido al río
con cuatro jóvenes esposas del rey a darse un baño para la ceremonia nupcial y
cuando el viejo encargado de vigilarlas intentó darle unos azotes lo tiró al
suelo de un puñetazo. Cuando regresó a la choza venía cubierta de joyas de pies
a cabeza. Al caer la tarde comenzaron los festejos. Había una gran tensión
entre la población, pues la madre de Nze había hecho correr la voz de que
Nana-Asante estaba viva y que los extranjeros los ayudarían a derrocar a
Kosongo y Mbembele Se preparó un banquete y el licor de palma empezó a
circular temprano entre los guardias pero la población no bebió tal como lo
había dicho la madre de Nze.Cuando todo el poblado estaba bajo el árbol de las
palabras y Angie estaba en su sitio de honor apareció Kosongo en su trono a
hombros de sus guardias acompañado de su harén y traía una cesta de joyas para
su futura esposa. Los pigmeos aparecieron con la noticia de que no traerían más
marfil. El rey ordenó traer a los niños pigmeos a los cuales pensaba vender
como esclavos. Kate, indignada, se plantó frente a la plataforma real y amenazó
con divulgar las atrocidades que estaban cometiéndose pero fue arrastrada por
dos soldados con dirección al pozo de los cocodrilos. El pigmeo encargado de
disparar el dardo tranquilizante a Kosongo atacó, pero el dardo dio en el pecho
de uno de los cargadores el cual se desplomó inconsciente. Kosongo cayó al
suelo y Angie aprovechó el momento para arrancarle el sombrero y la cortina que
cubría su rostro dejándolo al descubierto. Era Mbembele Todos los soldados
estaban sorprendidos pero no se atrevieron a ayudar a su jefe, este se
incorporó bramando de rabia. Justo en ese momento Beyé-Dokou se adelantó y
desafió al comandante. Todos en la aldea se sorprendieron sin poder creer lo
que estaba ocurriendo. La plaza se despejó por orden de Mbembele y el combate
dio comienzo con el hermano Frenando como árbitro. El comandante era muy grande
y tenía una fuerza descomunal, pero era lento y se cansaba rápido. Beyé-Dokou
era pequeño pero ágil y escurridizo y su estrategia consistía en cansar a su
oponente hasta debilitarlo. Mbembele atacaba con furia e impetuosidad como un
toro. Beyé-Dokou esquivaba todos los golpes como un torero y aprovechó un error
de su oponente para derribar lo de una patada en la pierna. Mbembele había sido
derrotado.Todos festejaban el triunfo cuando el comandante atacó al
desprevenido pigmeo con un machete, pero el amuleto de Alex lo protegió.
Intentó otra vez con un cuchillo y volvió a fallar. Entonces ordenó a sus
soldados disparar pero los fusiles estaban inutilizados y en un segundo, tenía
cada uno una lanza en el cuello, las pigmeas habían entrado en acción. Rabioso Mbembele sacó su revolver y disparó a Beyé-Dokou, mas la bala no dio en el
blanco y antes de poder disparar por segunda vez un animal desconocido se le
fue encima, un gato negro enorme, con la velocidad y fiereza de un leopardo y
los ojos amarillos de una pantera. Los que vieron a Alex transformarse en
Jaguar no creían lo que veían. El animal atacó rugiendo al comandante que huyó
hacia el bosque seguido por el enorme felino. Mientras tanto Nadia transformada
en su animal totémico, el Águila, fue a buscar ayuda contra el ogro de tres cabezas.
Los pigmeos reunidos con sus familias decidieron volver al bosque y no regresar
jamás, pero Alex les convenció de que debían acabar con la esclavitud y volver
a tener relaciones cordiales con la gente de Ngoubé y para ello despojar a Mbembele de su poder. Las esposas de Kosongo se sentían libres y disfrutaban
bailando y lanzando las joyas de oro al aire. Por los cuatro puntos cardinales
entraron en Ngoubé Las fuerzas convocadas por el Águila. Abrían el desfile los
gorilas del bosque, los machos por delante seguidos de las hembras con sus
crías. Atrás seguía Nana-Asante montada sobre un elefante con cicatrices de
lanzas en un costado acompañado del lama Tensing que traía a su banda de
horrendos Yetis vestidos con atuendos de guerra. También venían el chaman Walimai con el espíritu de su esposa al mando de trece prodigiosas bestias
mitológicas del amazonas. Finalmente entró en la aldea la vasta muchedumbre
luminosa del bosque: los antepasados y los espíritus de animales y plantas y
millares de almas que iluminaron la aldea como el sol y trajeron una fresca
brisa que limpió todo.La gente reaccionó, incluso los que estaban en trance se
recuperaron, se le echaron encima en masa y lo cargaron hasta el pozo de los
cocodrilos donde terminó sus días en medio de terribles gritos.Al día siguiente llegó Michael Mushaha quien había recibido los mensajes de radio que Angie envió. Llegó acompañado de un funcionario del gobierno nacional y cuatro gendarmes que venían a investigar el contrabando de marfil, diamantes y esclavos. Todas las joyas de las esposas de Kosongo incluyendo a Angie, fueron depositadas en una manta que el hermano Frenando entregó a la reina Nana-Asante Junto con dos colmillos de elefante para que lo administrara. Angie dejó la radio de su avión para que pudieran comunicarse, además prometió que haría por lo menos un vuelo cada dos semanas para aprovisionar la aldea de cosas esenciales.Nana-Asante aceptó que el hermano Fernando se quedara en Ngoubé y fundara su misión y su escuela, siempre que llegaran a un acuerdo ideológico. Tal como la gente debía aprender a vivir en paz, las divinidades debían hacer lo mismo. No había razón para que los diversos dioses y espíritus no compartieran el mismo espacio en el corazón del humano.
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